Aventuras y desventuras de una crema facial

Como lo de la paciencia es la madre de todas las ciencias muchas veces no va conmigo, llevo varios días sin aparecer mucho por aquí porque de repente el otro día, me entraron unas ganas enormes de hacerme una crema para la cara. Y es que que quereis que os diga, esto de la cosmética natural es como un vicio y cada día engancha más.

No tengo ni la más puñetera idea de hacer cremas pero da igual, pensé que con 4 aceites y un poco de batidora saldría una crema estupenda así que me lancé a hacer una.

Nada más lejos de la realidad, me quedó una cremita que me gustó mucho el olor y la textura ….. mientras estaba dentro de la nevera claro !!! jajaj porque a la que la sacaba o bien se deshacía o se separaban los aceites de lo otro. Aún así la usé, todos los días, era como si me aplicara una especie de aceitillo en la cara pero bueno, los ingredientes eran buenos así que daño no me iba a hacer.

Me decidí a hacer una segunda crema, con los mismos ingredientes pero esta vez añadiendole miel y agar agar como espesante. Fué peor el remedio que la enfermedad que se suele decir. Me quedó una crema en que los ingredientes habían quedado bien mezclados ( es decir no se separaban los aceites del agua ) pero me quedó igual de líquida y encima pegajosa de narices, supongo que por la miel y las algas, pero vamos que daba grima hasta de ponersela. Esta segunda crema fue directamente a la basura 

No contenta con todo esto hice una tercera crema, yo leía en los blogs: hacer cremas es divertido y fácil. Pues yo debo ser burra pensaba para mis adentros.

Bueno pues venga vamos a hacer una tercera divertida y fácil crema. Ponle cera de abeja, me dijeron, actúa como emulsionante y le da consistencia a la crema. A ver si es verdad !!!! allá voyyy.

Pues debí de poner muy poca cera, por miedo a que me quedara dura como una piedra, así que la crema por tercera vez me quedó igual de líquida, eso si algo habíamos ganado, con todos los ingredientes ( fase acuosa + fase oleosa ) perfectamente mezcladas. Esta la he usado todos los días y todas las noches porque yo otra crema no tiro.

Y como soy muy cabezona, dije: pues no hay tres sin cuatro. Cuarta crema: añadir más cera para espesar. La culpa es mía que me lanzo a hacer cremas sin una receta fija, improvisando y poniendo los ingredientes a ojo de buen cubero. A la cuarta va la vencida……… pero no del todo.


Me ha quedado todo bien, textura, consistencia perooooo, creo que la cera de abeja no se deshizo bien del todo ya me dí cuenta pero pense que luego al meterle la batidora se fundiría del todo, y cuando la uso se notan unas micropartículas, diminutas que estaría muy bien si fuera para una crema exfoliante, porque ese es el efecto que hace, pero no para una hidratante. De todas maneras estoy bastante contenta con mi 2 en 1 exfoliante hidratante jajaj, a ver si he inventado un nuevo concepto de crema ??


Os dejo unas fotos, de todas maneras si algún alma caritativa tiene una receta de una cremita sencilla, la más fácil que haya para darme se lo agradeceré eternamente.
Esta lleva infusión de romero, aceite de oliva, aceite de almendras, cera de abeja al aceite de caléndula, y aceite esencial de jazmín.

Menos mal que mi abuela no hacía cremas porque si las hubiera hecho y me estuviera viendo pensaría : que nieta tan burra tengo jajajaj.






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